Estado de la Educación en diferentes puntos del planeta

Para entender las acciones de una persona, una comunidad o un país, es necesario poner el foco en el contexto en el que se desenvuelven, la propia cultura y los propósitos que se persiguen. 

Comencemos por dar una vuelta al globo terráqueo, donde nos vamos a detener en diferentes puntos del mismo para conocer sus modelos educativos actuales, cómo responden a las necesidades de cada sociedad, los recursos que se emplean y los resultados obtenidos hasta la fecha. 

Es tiempo de profundizar en cada sistema educativo...

El análisis de los sistemas educativos en los países como Corea del Sur, Finlandia, Japón, Holanda, Canadá, Singapur, Reino Unido, Rusia y Estonia se consideran relevantes por diferentes aspectos que van a ser explicados a continuación.

Trabajo, presión, esfuerzo y disciplina. Corea del Sur es un país caracterizado por las extraordinarias calificaciones del alumnado a nivel internacional. El principio de su sistema educativo consiste en fomentar la formación para conseguir el crecimiento económico del país, con largas jornadas de estudio y de trabajo, lo que desemboca en altos niveles de estrés y altas tasas de suicidio en jóvenes por el miedo a fracasar.

Considerando tales ventajas e inconvenientes, daría un punto positivo a la alta competencia y perseverancia por parte de los alumnos y un punto negativo a la falta de consideración de la salud física y mental para obtener el bienestar social.


Flexibilidad, personalización de contenidos y trabajo en grupo. Cuando se hace referencia al sistema educativo finlandés, se suele pensar en trabajo por proyectos, horarios altamente flexibles y estudiantes que aprenden mientras se divierten en el aula.

En este punto, no puedo evitar realizar un breve análisis y una comparación con respecto al modelo educativo en España.

Uno de los aspectos que se debe poner sobre la mesa a la hora de estudiar esta formación consiste en el valor y el prestigio que se le otorga a los docentes como gran autoridad en la escuela y en la sociedad. Desde mi punto de vista, en España, se ha perdido esa figura que debería ser tan respetada y reconocida por el mero hecho de estar orientando, ilustrando e instruyendo mentes muy diversas y de gran complejidad. Por ello, se debería invertir en la formación del profesorado con el propósito de ofrecer una educación de mayor calidad en la sociedad.

Otro de los factores relevantes en este tipo de educación es la personalización de los contenidos escolares en función de las capacidades e intereses del alumno, mejorando la motivación y las ganas de aprender. En cuanto al sistema español, cada vez más, se incide en la importancia de respetar el ritmo de aprendizaje y en la necesidad de orientar a los estudiantes hacia el estudio de aquello que les apasione y les haga estar más cerca del "trabajo de sus sueños".


Te preguntarás, ¿Y cuál es el papel de los padres? Su implicación en el mundo educativo resulta clave a través de las actividades culturales que llevan a cabo con sus hijos. En comparación, España comienza a luchar por la creación de un vínculo entre padres y profesores que permita al pupilo completar su formación a todos los niveles.

En lo que respecta al diseño del currículo, los profesores pueden adaptarlo según la planificación de objetivos que consideren oportunos en cada caso. La libertad para ejecutar esta serie de cambios según el criterio del profesor sería conveniente en las aulas españolas, donde verdaderos profesionales de la enseñanza y la formación pudieran llegar a un acuerdo general en vista de los intereses del estudiantado.

Por último pero no menos importante, el sistema finlandés premia la participación y valora la creatividad, la experimentación y la colaboración. Este esfuerzo por formar parte de la clase en todo momento suele variar en España dependiendo de las materias, el currículo y la docencia, donde en ocasiones algunos alumnos se rinden y pierden las ganas de superarse a ellos mismos. Aquí, me gustaría recalcar la gran labor de muchos profesores de estimular la curiosidad (por pequeña que sea) y saber conducirlos en el buen camino, en su propio camino.

Tecnología, equidad e inversión. En Japón, el uso de las TIC es considerado como una inversión para que el alumnado consiga la excelencia en sus estudios. Bajo mi punto de vista, esto les ayuda a sentirse completamente integrados en la era digital donde los avances tecnológicos están a la orden del día.

Asimismo, se busca la equidad de los estudiantes mediante un currículo establecido a nivel nacional que asegura una educación estándar con los objetivos marcados.



Autonomía, tecnología y colaboración. Gracias a mi estancia en la ciudad flamenca de Amberes donde llevé a cabo el TFG para el desarrollo de prototipos experimentales basados en la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), he podido trabajar de primera mano con compañeros holandeses y he tenido el honor de integrar este conjunto de experimentos en los laboratorios de Física de 4º ESO, 1º y 2º Bachillerato en un Insitituto de Amberes.


Durante este periodo, pude comprobar la capacidad de los estudiantes de aprendizaje y trabajo autónomo para, posteriormente, poner todas las ideas en común y colaborar en la búsqueda la mejor solución. Igualmente, les gusta incorporar contenido multimedia en todos sus proyectos, dotándolos de un carácter más interactivo e interesante.


Bilingüismo, asequibilidad e investigación. En un país donde existen dos lenguas maternas, inglés y francés, se considera esencial la educación bilingüe para el correcto entendimiento y la comunicación entre la población.

En efecto, estoy hablando de Canadá, donde el coste de vida y los estudios superiores resultan asequibles fomentando el aprendizaje para todos, independientemente del nivel de vida. Esto, sumado a la inversión en investigación, favorece el desarrollo de la sociedad de la mano de organismos públicos y privados.


Exigencia, compromiso y formación continua del profesorado. "La práctica hace al maestro", este podría ser el lema del sistema educativo en Singapur, donde los docentes estudian, practican y se actualizan de forma constante a lo largo de toda su vida profesional. ¿Los resultados? Un alumnado comprometido para alcanzar sus objetivos y exigente para asegurar la mejora de sus habilidades.


Prestigio, tecnología e innovación. Reino Unido, al igual que la mayoría de los países citados anteriormente, desea destacar la importancia de las TIC y unirlas a un estándar educativo de prestigio internacional.


Organización estatal, formación emocional y especialización. El campo de las emociones y la educación social se torna imprescindible en países como Rusia, donde presentan un carácter más frío y distante. Por ello, la integración de esta formación en las aulas resulta realmente fructífero para los alumnos
Por otra parte, la coordinación y organización estatal permite una educación libre donde cada escuela puede especializarse y diseñar su propio currículo académico.


Atención a intereses y orientación vocacional. La posibilidad de abordar un aprendizaje según los intereses de cada alumno ya es una realidad en Estonia, país célebre por saber orientar al estudiantado en función de su vocación e introducirlo más fácilmente al mercado laboral.


Ahora, hablemos de España: ¿Cómo podemos mejorar nuestro sistema educativo?

A continuación, se estudian y valoran siete medidas con el objetivo de hacer prosperar el modelo educativo español:

1. Conseguir un gran pacto educativo: Según el equipo docente del IES Núñez de Arce en Valladolid, un currículo bien definido, el aprendizaje de contenidos concretos y un equipo docente estable y cualificado resultan esenciales a la hora de conseguir resultados extraordinarios. Bajo mi punto de vista, un acuerdo general en el ámbito educativo en el que se estudien las competencias mínimas que debe alcanzar todo el estudiantado español facilitaría la labor del docente para adaptar la materia dependiendo de la clase.

En ningún caso debería permitirse que personas ajenas al mundo educativo decidieran sobre el aprendizaje, la evaluación y los objetivos de la enseñanza. De igual modo, dejar a un lado las ideologías políticas en este ámbito favorecería llegar a este gran pacto tan esperado.

2. Mejorar la motivación: Hacer preguntas, ser curioso y expresarse libremente estimula el querer saber más de los alumnos, con ello, llega el aprendizaje y la motivación por profundizar en sus propios intereses. Así es como se forma a los futuros grandes profesionales, donde la educación se convierte en un juego y los deberes son inexistentes. Suena bien, ¿Verdad?

 3. Familias más presentes en la escuela: La figura de la familia es un pilar clave durante todas las etapas de la vida de una persona, excluirla resulta contraproducente para la formación del alumno, donde toda la educación profesional, moral y ética recae generalmente sobre el equipo docente. Por lo tanto, la colaboración de las familias con los profesores para mediar ante diferentes conflictos ayudaría a evitar el acoso escolar y conseguiría enriquecer la convivencia.

 4. Mayor inversión en educación: Algunos de los ingredientes principales para conseguir la excelencia académica es el profesorado competente y los recursos materiales, lo que requiere una inversión a corto, medio y largo plazo en la educación. Esto se traduce en el futuro desarrollo de la sociedad y la economía española, un hecho fundamental para la evolución del país.

El sistema de financiación por objetivos conseguiría disuadir la endogamia y favorecería, de este modo, la contratación de científicos e investigadores altamente cualificados para la docencia.

 5. Mejorar la formación y valoración social del profesorado: El Síndrome del profesor quemado existe, y no es para menos. No se sienten valorados, trabajan como profesores y pedagogos al mismo tiempo, y no obtienen una remuneración conforme al esfuerzo que realizan cada día.
¿Cómo podemos solucionarlo? Desde el respeto y la disciplina se asientan las bases sobre las que construir una buena educación en la que se escuche la voz del docente. Su aprendizaje continuo y su labor debe premiarse con un salario adecuado a estas tareas, favoreciendo que puedan adaptarse con más facilidad a los alumnos con diferentes necesidades e intereses.

 6. Recuperar el valor de la cultura del esfuerzo: Para obtener una recompensa, es imprescindible esforzarse y comprender lo que supone en cada persona este trabajo.

Sin embargo, de nada sirve llevar al límite la cultura del esfuerzo, provocando la eliminación de las competencias creativas e innovadoras en los alumnos. Asimismo, genera una presión escolar con consecuencias nefastas como el daño en la salud física y mental, las adicciones, la delincuencia y, en los peores casos, el suicidio.

Por lo tanto, estudiar el punto medio entre el afán de superación y la propia felicidad se torna imprescindible en este tipo de casos.

7. Orientar mejor hacia el empleo optimizando el vínculo entre "educación" y "sociedad":  Cada vez más, las empresas demandan un perfil distinguido por su flexibilidad y adaptabilidad en el trabajo

Lejos de lecciones únicamente teóricas, se requieren conocimientos prácticos que puedan incorporarse ante cualquier situación, así como expertos en campos muy específicos. Ahora, está en nuestra mano dirigir la educación hacia el mercado laboral, permitiendo la participación activa de los profesionales en la sociedad española.


Ahora, es momento para debatir. ¿Qué opinas sobre estos modelos educativos? ¿Consideras factible incorporar alguno de ellos en España? ¿Añadirías alguna medida más para la mejora de nuestro sistema? ¡Te leo!













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